La agricultura de precisión optimiza el uso de fertilizantes, agua y nutrientes, cuidando el ecosistema y maximizando el rendimiento.
Con más de 4,5 millones de hectáreas rurales y 2,4 millones con vocación netamente agropecuaria, Colombia encuentra en el campo una oportunidad clave para impulsar la innovación productiva y proteger sus recursos naturales de forma inteligente. En este escenario, el sector de la caña de azúcar se ha convertido en un referente de transformación, al adoptar tecnologías de precisión, mecanización agrícola y prácticas de conservación del suelo, demostrando que es posible producir con eficiencia, proteger el entorno y generar valor sostenible.

Una de las grandes protagonistas de esta evolución es la agricultura de precisión, que transforma la producción agrícola, adaptándose a cada fase del cultivo, desde la preparación de los suelos, pasando por la siembra, hasta la cosecha; teniendo presente de manera permanente las condiciones específicas del suelo y el ambiente.
El Día de la Tierra trajo consigo algunas reflexiones sobre el cuidado de este recurso. Incauca, empresa agroindustrial dedicada a desarrollar productos y servicios derivados de la caña de azúcar, y PRECISAGRO®, experta en el manejo de cultivos, destacan la importancia de las tecnologías de precisión en la gestión adecuada de los suelos y el rendimiento agrícola en general:
De la intuición a la estrategia: el poder de la agricultura de precisión.
Durante años, el trabajo en el campo se basó en el conocimiento empírico y las prácticas heredadas de generación en generación. Aunque ese saber sigue siendo valioso, el desarrollo agrícola actual exige decisiones basadas en datos, diagnósticos técnicos y planificación estratégica, herramientas que no solo optimizan los recursos, sino que también garantizan la sostenibilidad a largo plazo frente a las demandas del mercado y los retos ambientales.
Según Incauca, la agricultura de precisión permite, por ejemplo, nivelar los suelos para que el riego sea eficiente y así como aplicar fertilizantes en tasa variada, evitando sobre o sub aplicaciones que afectan la eficiencia. Gracias a esto, en 2024 logró disminuir un promedio de 50 kg de Urea por hectárea, reduciendo así un 13% las emisiones de CO₂ equivalente, debidas a la fertilización nitrogenada.

Para PRECISAGRO®, esta tecnología representa una herramienta clave para monitorear, analizar y gestionar cada metro cuadrado del cultivo, a través del uso de sensores, imágenes satelitales, mapeo de suelos e interpretación agronómica.
“Hoy el campo se cultiva con estrategia, no con intuición. La agricultura de precisión ha transformado radicalmente la forma de cultivar: ahora, gracias a sensores, imágenes satelitales y análisis técnicos del suelo, se toman decisiones personalizadas por metro cuadrado. En Incauca, estamos comprometidos en continuar usando la tecnología para hacer un mejor uso de los recursos naturales”, afirma Mauricio Quevedo, director de Agronomía de Incauca.
Este cambio ha mejorado los indicadores de productividad y ha transformado la manera en que se maneja agronómicamente la caña de azúcar y otros cultivos en Colombia, con un enfoque más técnico y consciente del impacto ambiental.
Al respecto, Juan Francisco Rodríguez, Gerente de Producto de Nutrición de cultivos de PRECISAGRO® aseguró: “La fertilización controlada y el cuidado detallado de los cultivos reducen desperdicios y permiten una cosecha uniforme y saludable. La agricultura de precisión le da al agricultor, por medio de la utilización de datos, la posibilidad de saber exactamente qué necesita su cultivo, en qué cantidad y en qué momento”.
Producción sostenible, innovación que transforma.
La tecnificación del campo ya es una realidad. Aunque Colombia aún enfrenta desafíos frente a potencias agrícolas como Brasil o Estados Unidos, compañías como Incauca están demostrando que es posible transformar vidas a través de una agricultura, que va más allá de la producción y se enfoca en el bienestar y el desarrollo sostenible.
Para Incauca, uno de los avances más significativos es la cosecha 100 % mecanizada gracias al uso de tecnologías de alta precisión; eliminando la necesidad de quemas programadas y marca un antes y un después en las prácticas agrícolas. Además, la implementación de variedades adaptadas y el manejo eficiente del agua que evidencian una evolución profunda en el campo colombiano.
Con estos avances, Incauca y PRECISAGRO han venido reafirmando que es posible avanzar hacia un agro más sostenible y eficiente, donde la tecnología no solo optimiza la producción, sino que también cuida el medio ambiente; esto como una de las grandes reflexiones que deja el Día de la Tierra para impulsar un cambio real, demostrando que cultivar con propósito es la clave para un futuro agrícola responsable.