Andrés Felipe Marín Silva, alias ‘Pipe Tuluá’, presunto cabecilla de la banda criminal La Inmaculada, fue extraditado a Estados Unidos bajo un riguroso esquema de seguridad desde la cárcel La Picota. Es requerido por las autoridades norteamericanas por delitos relacionados con el narcotráfico.

Aunque Marín Silva llevaba varios meses detenido, su traslado internacional coincidió con una preocupante escalada de violencia en Tuluá, donde se registraron ataques a vehículos de servicio público, intentos de incendio en establecimientos comerciales y otros actos vandálicos. Estos hechos obligaron a las autoridades locales a decretar toque de queda y restricciones al parrillero como medidas de control.
La extradición representa un duro golpe para la estructura criminal que operaba en la región, pero también ha encendido las alarmas por las represalias y el temor que persiste entre la población civil. Las autoridades investigan si estos hechos violentos guardan relación directa con la salida del capo del país.