La violencia que azota al suroccidente colombiano cobró una nueva víctima: Yimer Muñoz Torres, cafetero de 44 años oriundo de Leyva, Nariño, fue asesinado tras haber sido secuestrado el pasado 26 de junio en el municipio de Mercaderes, Cauca. Su cuerpo fue hallado sin vida días después en una zona rural conocida como Las Piscinas.
Según reportaron familiares, tras la retención de Muñoz Torres comenzaron a recibir llamadas extorsivas en las que exigían el pago de 3.000 millones de pesos a cambio de su liberación. Como parte de la presión, los captores enviaron un video en el que la víctima, visiblemente amarrada y en condiciones deplorables, suplicaba por su vida.
“El compañero Yimer, como muchos campesinos, no tenía una economía acomodada. Vivía del café que producía en su finca y complementaba sus ingresos transportando pasajeros en su camioneta los fines de semana”, señalaron allegados a la víctima.
El cuerpo sin vida fue hallado en horas de la noche del domingo 29 de junio con múltiples impactos de arma de fuego. La camioneta en la que se movilizaba apareció abandonada en el sector urbano conocido como La Playa. Hasta ahora, no se ha determinado si el crimen fue perpetrado por estructuras armadas ilegales o bandas de delincuencia común, aunque las autoridades no descartan ninguna hipótesis.
Los restos del cafetero fueron trasladados a Medicina Legal en Popayán y posteriormente serán llevados a Leyva, Nariño, para sus exequias.
Este nuevo caso se suma a una creciente ola de violencia en el Cauca, donde los secuestros y asesinatos se han vuelto una dolorosa constante. Organizaciones sociales y familiares exigen una respuesta urgente de las autoridades frente a estos hechos.
