Las persistentes lluvias que han azotado al sur del país en los últimos días han desencadenado una emergencia humanitaria en el municipio de Santa Rosa, Cauca, afectando gravemente a comunidades indígenas ubicadas en los resguardos de Mandillaco, Suma Iuiai, Los Cabildos de Tandarido y San Carlos, así como en las veredas Villa Mosquera, Signo Carmelo y Diamante.

Las crecientes súbitas de los ríos Caquetá y Mandiyaco han provocado la pérdida de cultivos, daños estructurales en viviendas y el aislamiento de varias zonas rurales, según informaron autoridades locales. Aunque aún no se cuenta con un censo oficial de afectados, debido a la complejidad geográfica y la limitada conectividad con los territorios impactados —localizados en la frontera con los municipios de Piamonte y Mocoa—, se han iniciado labores preliminares de evaluación.
“Estamos adelantando los respectivos registros y mañana realizaremos un comité de gestión del riesgo para tener un panorama más preciso de la situación”, declaró el alcalde de Santa Rosa, Eduardo Jiménez. Además, anunció que se presentarán solicitudes formales de ayuda ante la Gobernación del Cauca y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), con el objetivo de coordinar una respuesta inmediata.

Ante la gravedad de los hechos, las autoridades locales han elevado un llamado urgente al Gobierno nacional para que se activen mecanismos de asistencia humanitaria y se despliegue apoyo logístico que permita llegar a las zonas más afectadas, muchas de ellas de difícil acceso.
La situación ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de estas comunidades frente a fenómenos climáticos extremos, evidenciando la necesidad de planes de mitigación más robustos y una atención oportuna por parte del Estado.